jueves, 9 de enero de 2014

"Si cae Echegaray, cae Cristina"

No lo dijo Clarín ni Lanata. Lo dijo mi madre, en una de esas charlas de sexagenarias en la que presumo, no se salva ni el Papa (ni yo). Y si bien no concuerdo con la consecuencia de una posible renuncia del recaudador e inquisidor del gobierno, tiene sentido. Es que, a cada paso por los entes que comandó el ucedecista Ricardo Daniel, dejó huellas de corrupción. Ya sea como representante legal de Los Cóndores, grupo de embaucadores que estafó por miles de dólares a decenas de puntaltenses; o como dueño privatizador (junto a Rudy Ulloa) de la radio comunitaria del carmen en Río Gallegos, o como Director General de Aduanas que exponenció el narcotráfico en el país; o como jefe de la desaparecida ONCCA y sus subsidios fantasmas; o en el AFIP, donde actualmente recauda y persigue a deudores y opositores. En Santa Cruz, donde el "pueblo chico, infierno grande" se hace carne, se presume de donde proviene y provino la financiación para las campañas proselitistas del kirchnerismo y este nuevo cristinismo. La iglesia ya lo denunció. Y las dudas ya son certezas. Sólo resta esperar al próximo gobierno y que el pacto de impunidad no sea total. Aunque digan que no existió la Banelco, aunque veamos vacacionar a Menem en Punta del Este, siempre... un aliento de justicia sobrevive.

No hay comentarios:

Publicar un comentario