Las cuatro gradas que copó el plenario militante en el Mercado Central fue un fracaso. Lo saben todos. Por eso el silencio oficial. Ni 678 le dedicó un bloque al tema, sólo Télam vio lo que nadie vio. El multitudinario encuentro no convocó ni al 10% de militantes que llenó -el 27 de abril de 2012- el estadio de Vélez, por ejemplo. Fue un Patio de las Palmeras magnificado, por miles de contratos y, otros miles de forros, usados por otros forros con millonarias cuentas bancarias o una jubilación de privilegio en el Estado. La foto de los asistentes se pareció más a un velatorio que a una fiesta de la militancia. Boudou, Capitanich, Larroque, Fernández, Scioli, D´elia, Espinoza y demás integrantes de la corporación oficialista, eran, o se parecían bastante, a la orquesta de la película "Titanic", que continua tocando a pesar del hundimiento del barco más grande construído en el momento de su botadura. Es que, por más relato épico que se quiera inventar, es imposible enaltecer la brutalidad con que han desajustado las variables macroeconómicas conseguidas en el gobierno de Néstor Kirchner (post devaluación 2002). Crecimiento, empleo y mantener los precios. Nada de eso se espera con este gobierno. Entonces, ¿qué militamos? ¿la ley anti piquetes? ¿el NO al paro de los trabajadores? ¿la criminalización de la protesta social? ¿la designación de Milani? ¿otra devaluación? ¿el ajuste del FMI? ¿los trenes que nos vendió el representante de la oligarquía en China (Macri)? ¿el aumento de la Asignación por Hijo? ¿la Ley de Semillas para Monsanto? ¿las nuevas cárceles, o la mano dura del manco? ¿¡a Scioli Presidente!?
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